360 grados

“Los antiguos babilonios vivían en un clima muy caluroso, por lo que los tejados de sus casas no tenían forma puntiaguda para desviar la lluvia, sino que tenían terrazas blancas que reflejaban los cegadores rayos del sol. Al caer la noche, los babilonios subían a sus terrazas a refrescarse, en grupos para charlar o simplemente a mirar las estrellas. Una noche, se dieron cuenta de que la cúpula celeste se movía en bloque, y decidieron elegir una estrella. Desde que dejaron de verla en el horizonte, contaron los días hasta que volvieron a verla aparecer por el lado opuesto. Contaron exactamente 360 días. Y por eso dividieron el contorno del círculo en 360 grados, para medir los ángulos, y por eso hoy decimos que damos una vuelta completa cuando damos un giro de 360 grados.”